En el mundo de las antigüedades, la cerámica ocupa un lugar especial. Su belleza y durabilidad nos permiten disfrutar de piezas con siglos de historia. Para apreciarlas mejor, es útil conocer los materiales básicos y los procesos que las originaron.
Los Tres Grandes Tipos de Cerámica
Según los materiales y el proceso de fabricación, podemos distinguir tres tipos principales:
- Cerámica Porosa (Baja Temperatura):
- Terracota: Es la forma más antigua y sencilla. Su color rojizo o anaranjado se debe al alto contenido de óxido de hierro en la arcilla. Sin un barniz (o esmalte), absorbe agua fácilmente. Es común en macetas, cántaros y piezas de alfarería tradicional.

- Loza: Se fabrica con arcillas más claras y se recubre con un esmalte opaco (normalmente de color blanco o crema) que la impermeabiliza. Es el tipo de cerámica clásico en vajillas y jarrones de uso diario.

- Gres (Cerámica Impermeable):
- El gres es mucho más resistente y denso que la terracota o la loza. Se cuece a altas temperaturas, lo que lo vitrifica y lo hace impermeable incluso sin esmalte. Su color natural suele ser grisáceo o beige, y es conocido por su gran durabilidad.

- Porcelana (Cerámica de Alta Temperatura):
- La porcelana es la más refinada. Se elabora con caolín (una arcilla muy pura) y se cuece a las temperaturas más altas. El resultado es una pieza blanca, dura, fina y translúcida (si es delgada, deja pasar la luz). Es completamente impermeable y muy apreciada por su elegancia.

El Proceso de Cocción
La cocción en el horno es el paso que transforma la arcilla blanda en una pieza sólida y duradera.
- Cocción a Baja Temperatura (hasta 1.100 °C): Es la usada para la terracota y la loza. A esta temperatura, la arcilla se endurece pero permanece porosa. Para hacerla impermeable, es necesario aplicar un esmalte y realizar una segunda cocción.
- Cocción a Alta Temperatura (entre 1.200 °C y 1.400 °C): Esta es la temperatura del gres y la porcelana. El calor extremo vitrifica la pasta, creando un material denso, muy resistente e impermeable. En el caso del gres, a veces se utiliza una técnica de cocción en sal para crear un vidriado natural característico.
Conocer estas diferencias básicas le permitirá apreciar mejor la cerámica que vea en nuestra tienda. Podrá distinguir la rusticidad de una terracota, la robustez del gres o la delicadeza de una porcelana. Cada tipo de cerámica tiene su propia historia y valor.